Por: René Avila Nieto
Con precios ya por debajo de 1.00 USD por Libra y una producción en decadencia, el sector café en México se encuentra en la antesala de la crisis. Ignorar esta situación podría resultar fatal, pero plantear soluciones improvisadas y triviales sería aún peor.
El choque entre la cadena productiva (particularmente grupos de productores) y el gobierno, es cuestión de tiempo. Llegado el momento, la razón y la objetividad difícilmente prevalecerán. En avanzada, se presentan algunos hechos que, a ambas partes, les vendría bien revisar.
1. Producción. Para el cierre de marzo de 2019, el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), reporta una producción del orden de 819,870 toneladas de café cereza, que significan 3.3 millones de quintales o 2.5 millones de sacos de 60 kg., en su equivalente a café verde (ECV), una cifra muy cercana a la cosecha 2015/16 que fue reconocida oficialmente como la más baja de la historia reciente con apenas 2.2 millones de sacos.
Estos 2.5 millones de sacos representarían 1.4% de la producción mundial y a menos que la propia SADER desmienta las cifras del SIAP con una estimación de cosecha más optimista o al menos con datos claros sobre el estatus de la estructura productiva de los cafetales en México, podemos afirmar que estamos aún en el pozo, y lejos, muy lejos de la meta planteada por el propio gobierno de recuperar, en la cosecha 2018/19, el promedio histórico 4.5 millones de sacos.
Quien haya visitado las zonas cafetaleras en los últimos meses, habrá constatado que, en efecto, salvo contadas excepciones, por cada predio productivo, se cuentan de 2 a 3 predios sin manejo alguno; es decir, predios que, no sólo no produjeron en la cosecha que termina, pero, además, serán focos de infestación de roya y broca para la siguiente. ¿Dónde están los millones de plantas repartidas en los últimos años?
2. Importaciones. En 2018 sumaron 1.2 millones de sacos importados en ECV; esto, con un valor de 241.7 millones de USD, según datos de SIAVI – Secretaría de Economía.
Si bien las importaciones totales son ya inferiores al récord alcanzado en 2016 de 2.1 millones de sacos en ECV, existen algunos elementos que no deben perderse de vista:
a) Tanto en valor como en volumen las operaciones que se realizan al amparo de los programas de promoción sectorial (fracción 98020022), constituyen el rubro más alto de importaciones del sector; b) Durante los últimos 15 años, un patrón es claro en las importaciones de café soluble, a menores precios internacionales del café verde (materia prima) corresponden mayores volúmenes importados de café soluble y viceversa; c) Lo que antes era un “secreto a voces”, hoy es el lenguaje común en el sector…, incontenibles cruces de café verde proveniente de los vecinos productores de Centroamérica. ¿Quién pone orden en las importaciones?, o más importante aún ¿a quién beneficia tal desorden?
3. Exportaciones. En 2002, México alcanzó un récord en exportaciones de café en todas sus formas, con 2.8 millones de sacos ECV que significaron en su momento 929.3 millones de USD. Desde entonces, las exportaciones totales han disminuido, pero un desglose de las cifras permite identificar que la Tasa Media de Crecimiento Anual (TMCA), durante el período 2012 – 2018, es negativa sólo para el café verde (-5.7%); los volúmenes de café tostado y solubles presentan TMCA positivas del orden de 21.9% y 2.5%, respectivamente. Ya para 2018 México exportó 2.16 millones de sacos ECV, con un valor de 570.2 millones de USD; 87% del volumen exportado fue en forma de café verde y su contribución al valor de las exportaciones fue de apenas 65%, mientras que el soluble con 7% del volumen exportado generó 29% del ingreso en divisas, de acuerdo también a los datos disponibles en SIAVI. Pero los datos agregados y promedios por fracción arancelaria (que son los únicos disponibles), esconden muchas peculiaridades que no debieran ser concluyentes, más bien abren interrogantes para analizar con lupa los datos que el propio sector genera ¿qué calidades de café verde se exportan con diferenciales positivos?, ¿qué atributos tienen los cafés más demandados?, ¿cuáles son los mercados de destino más rentables para México?, ¿cuál es el nivel de concentración que existe?
4.Facilidades. El 27 de agosto de 2018, la Secretaría de Economía publicó el Acuerdo que modifica al diverso por el que se da a conocer el cupo para importar libre de arancel café tostado y molido en envases individuales con un peso de hasta 40 gramos de las fracciones arancelarias 0901.21.01, 0901.22.01 y 0901.90.99, -esto es cápsulas para máquinas monodosis-; prorrogándose por segunda ocasión su vigencia.
Entre los laxos requisitos aplicables para obtener un certificado de cupo, se encontraba en su momento el haber realizado “inversiones para crear nueva capacidad instalada para producir Café Tostado y Molido en envases individuales con un peso de hasta 40 gramos”.
La primera prórroga se publicó el 1º de abril de 2014, con duración hasta el 31 de diciembre de 2018 y la reciente modificación extiende la vigencia hasta el 31 de diciembre de 2022. ¿Cómo se discuten y validan los argumentos para este tipo de facilidades
5.Consumo interno. Mientras no exista otra medición, deberán considerarse como válidas las cifras y tasas de crecimiento del consumo interno provistas en los estudios realizados por Euromonitor.
De este “pastel”, el café soluble ocuparía el 54.2% del mercado con una tasa de crecimiento proyectada al 2021 del orden de 2.1%, mientras que el café molido y el café tostado en grano participarían con el 40.5% y el 5.3% del mercado respectivamente, creciendo a tasas anuales del 2.9% y 2.5% respectivamente. Nadie puede regatear el importante papel que juegan los expendios, barras y cafeterías en estas tendencias y, sin embargo ¿forman parte de la población objetivo en los programas públicos?, ¿cómo sacar provecho de estas tendencias?
6. Inversión privada. En diciembre de 2018, la empresa productora de café soluble con mayor participación de mercado en el mundo dio la nota como la primera empresa que en este sexenio anunciaba inversiones por 154 millones de USD para construir, en Veracruz, una nueva planta procesadora de café y aumentar con ello un 30% su capacidad productiva en el país.
El anuncio reciente desató una fuerte polémica que parece estigmatizar a los cafés arábigos como los “buenos” y a los robustas como los “malos”, con la sospecha del uso de subsidios para favorecer dichas inversiones. ¿No sería bueno comenzar por revisar los impactos económicos que se han generado con las anteriores inversiones?, ¿no sería mejor tomar la palabra de promesas de inversión y establecer modelos transparentes -y vigilados- de agricultura por contrato?, ¿qué tecnología y modelo de suministro se está proponiendo?
Los precios obtenidos por dichos cafés no tienen precedente (más allá de los altos que ha superado 100 US Dólares por Libra, los promedios ponderados han oscilado entre 7.79 y 11.06 US Dólares por Libra) y lo que es mejor, se ha generado un nuevo mercado, con relaciones más directas entre compradores de especialidad y productores mexicanos. ¿Qué experiencias positivas pueden replicarse?, ¿qué valoran los compradores para adquirir dichos micro lotes?, ¿cuál es el potencial de México en este mercado?
8.Precios internacionales. También en marzo de 2019, las cotizaciones del Contrato “C” en la Bolsa de Nueva York, cruzaron a la baja la línea de 1.00 US Dólares por Libra, sin muchas expectativas de que la tendencia pueda revertirse.
Para sorpresa de muchos, la Organización Internacional del Café (OIC), demostró mediante un estudio, que no hay evidencia significativa de que la actividad especulativa esté afectando los precios del mercado, [pues] si bien la especulación puede exacerbar las tendencias de los precios a corto plazo, son los factores fundamentos (oferta y demanda), los que prevalecen en el largo plazo; es decir, los precios están bajos por la simple y sencilla razón de que existe sobreoferta mundial.
Aunque existen muchas voces de rechazo al Contrato “C” como mecanismo de formación de precios, ¿vale la pena gastar tiempo en discutir las reglas de ese mecanismo?, ¿existen condiciones para incidir en ellas? Don Fernando Montes (Honduras), contaba la extraordinaria anécdota sobre la pretensión de los países productores de “jugar” en esa “cancha”, aduciendo que “la pelota” era de ellos; el desenlace -nada favorable para los productores-, ilustra la importancia de centrarse en lo fundamental.
En el marco de dichas sesiones un nuevo comunicado del grupo de coordinación del Foro Mundial de Productores de Café (que próximamente se reunirá en Brasil), apela a los argumentos tradicionales para exhortar al resto de los actores de la cadena de valor a sentarse a discutir soluciones a la situación actual.
No pasa desapercibido el hecho de que México figura en tres ocasiones como signatario del comunicado. ¿Será que los altos ejecutivos de la industria no están conscientes de los tramos de valor que se quedan en cada eslabón de la cadena?, ¿será que la figura de un Foro Mundial de Productores cuyas cosechas se venden en el libre mercado, es lo suficientemente convincente para “sensibilizar” a la industria?
10. Institucionalidad. Nuevamente, al cierre de marzo de 2019, el Fideicomiso FIRCAFE, (creado con las recuperaciones de apoyos otorgados por el gobierno federal a través del Fondo de Estabilización de Precios en la crisis de 2001), reporta que se han transferido ya 440.3 MDP correspondientes a 88.2 mil productores.
Esto es, el 27.5% de los aportantes del FIRCAFE ha retirado ya cerca del 46.5% del patrimonio del FIRCAFE en apenas unos cuantos meses de haberse activado el mecanismo de “reversión”. Un instrumento basado en la formalidad fiscal y la corresponsabilidad de productores y comercializadores que se fue conformando a lo largo de casi 15 años, está a punto de diluirse y con ello la motivación para que los diferentes actores de la cadena se sienten a discutir en la misma mesa; la mermada institucionalidad de la AMECAFE, se pone más en riesgo.
En contrapartida, el gobierno federal, sin conceder aún ni un centavo adicional al SUBICAFE, manda señales de “rescate”, también basadas en presupuesto público, y va más allá al adecuar procesos para que -con la bandera del bienestar social y la transparencia-, los cafeticultores reciban de forma directa y en efectivo los populares apoyos. Datos, análisis, diagnósticos, estudios de caso evaluaciones, auditorías y demás herramientas sustantivas, parecen estar ausentes en la toma de decisiones.
¡Suerte entonces con la crisis que se asoma!